lunes, 21 de noviembre de 2011

Mi embarazo, mi problema

No se qué tiene una barriga de embarazo que despierta el médico -o el metiche- que vive en cada uno de nosotros. Ver a una embarazada es para el ojo ajeno una especie de invitación a dar una opinión no solicitada. Una opinión sobre la barriga -"es muy grande, muy pequeña, demasiado puntiaguda, muy redonda"- sobre lo que debe o no comer -"ni se te ocurra comer galletas de soda después de la 4 de la tarde mija, que eso engorda un montón"- sobre que vitaminas tomar, a qué médico ir, cuando hablarle al bebé, qué curso prenatal debe hacer, qué tipo de parto debe tener y si debe o no amamantar -que en estos días hay quienes te hacen sentir que si no amamantas no eres madre.
Lo entiendo, una barriga es un asunto público. Todo el mundo la ve, es difícil esconderla y como el motivo de felicidad que es, todos quieren una parte de ella. Todos, desde la señora en la cola del banco o esa tía que nunca vez, hasta los amigos veinteañeros de tu hermano -que de embarazo no deben saber ni cómo se escribe- quieren ser partícipes de tu nueva condición.
Y entre los tópicos que más interés despiertan está indudablemente el peso. No sé por qué, tal vez es por el carácter vanidoso de los venezolanos, pero el peso de una embarazada parece ser un asunto de interés social. Seguida de "¿cómo te has sentido?" la pregunta que más me hacen -por lo menos tres veces por semana es "ay -en tono de chisme- y ¿cuánto has subido de peso?". Yo suelo decir con educación pero con la intención de dejar saber que eso es sólo problema mío, "el médico dice que estoy chévere". Y punto. ¿Desde cuándo es políticamente correcto preguntarle a una mujer -embarazada o no- sobre su peso?
Una prima, también embarazada, que decidió tener a su bebé a través de una cesárea programada, me contó hace poco que estaba cansada de tener que explicar por qué ella había tomado esa decisión. Es decir, una cosa es que su mamá le pregunte sus razones, y otra cosa es que la vecina trate de convencerla de que un parto natural es lo mejor. ¿Lo mejor para quién? ¿Para ella o para la vecina?
Y es que en esto del embarazo no hay mejores ni peores opciones sino elecciones que se adaptan o no a nuestra realidad y necesidades. Quién mejor que mi prima y su médico para saber lo que más le conviene a ella. Quién más que yo y mi médico para vigilar mi peso. Agradezco genuinamente el interés, pero una cosa es preocuparse por mi salud, y otra muy distinta es que los otros maten el ocio husmeando sobre  embarazo.
La lactancia, por supuesto, es otro tema sobre el que todos quieren opinar. Una amiga me contó que cuando ella dio a luz, las visitas en la clínica lo primero que le preguntaban era "¿y ya amamantaste?". Al menos que la pregunta venga de una educadora en lactancia o de un familiar cercano -y hago énfasis en cercano- ese no debería ser tema de conversación de visitas. A menos claro, que a mi amiga le hubiese nacido hablar espontáneamente del asunto. Cuando la respuesta a la interrogante es negativa inmediatamente vienen los reclamos: "pero ¿por qué?, ¿cómo se te ocurre?, si no le das pecho va tener un millón de alergias -a mi me dieron pecho hasta los nueve meses y más alérgica no puedo ser- va a crecer desnutrido, la conexión con tu bebé no va a ser la misma, y un montón de horrores más. No me malinterpreten, soy 100 por ciento pro lactancia y desde ya estoy leyendo y tomando cuanta charla existe sobre el tema, pero de querer promover un hábito sano a crear terror hay un gran trecho.
Yo creo que sería mejor si los curiosos bienintencionados del mundo le dejan ese tipo de temas a los expertos y se concentran en comentarios más banales y menos invasivos tipo "qué linda te ves", "¿cómo se va a llamar?", "¿cuántas semanas tienes?". Al menos creo que nos quitarían un peso de encima -y consideremos que ya llevamos literalmente un gran peso- a las embarazadas.

6 comentarios:

  1. Hola! Descubro tu blog por un comentario que hiciste en el mio. La verdad es que lo lei y me senti reflejada en tus palabras, con lo que sentia y escribia cuando mi peque estaba en la panza...
    Te felicito y te sigo!
    Besotes, Andre

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  2. Andre gracias por tu comentario. Que casualidad que eres de Caracas. Esto de estar embarazada es una experiencia delirante, bellisima pero cargada de muchos cambios. Nos estamos leyendo!

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  3. Quizás no se trata del embarazo per se, sino de una increíble mala costumbre que tenemos los venezolanos de meternos en lo que no nos importa, más el placer morboso de husmear las vidas ajenas. Quizas es para comparar, o mero sadismo.
    Porque si te compras una casa, un carro, te vas del pais, te devuelves, te casas, te divorcias o te roban el celular, SIEMPRE habrá quien diga algo inapropiado que nadie le preguntó.
    Lo bueno de tu condición es que muchas mujeres en estado de gestación se ponen verborreicas, así que podrás decir lo que te venga en gana y echarle la culpa a las hormonas, jajajajaja

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  4. Si tienes razón, el venezolano es metiche pero con el embarazo como que se potencia. No sé, igual es que pasé tres años fuera y ahora de vuelta lo noto peor. Sí, yo ya he mandado a callar a más de uno. Jajaja!

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  5. Carla, jejejeje eso no es del venezolano a mi me paso lo mismo en Madrid. Peor aun, mi barriga era de dominio publico, es decir, la gente en un ascensor me tocaba la barriga como si fuera un buda y les fuera a dar suerte, hello! un poco de espacio por favor! la enfermera de la clinica despues de todo el trabajo de parto y que el doctor decidiera que tenia que ser cesarea se me acerca con un pesar y me agarra la mano "no te sientas como una mala madre, tu trataste hasta el final pero tiene que ser cesarea" No nos morimos de risa de casualidad, sentirse una mala madre por que? Mala madre puede ser por muchas cosas que vayan en detrimento de tu hijo pero por una cesarea, por favor. Pero cuentos de esos hay muchos y te los seguire contando para que te rias, pero preparate, despues que nace es peor, cada cabeza es un mundo y los comentarios y sugerencias bienintencionadas vienen como tsunamis. un beso. Por cierto, yo se que sabes quien es pero no tengo ni idea de como ponerle el nombre al comentario.

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  6. Nancy gracias por comentar. Sí hombre, yo no sé que será lo que tiene el embarazo y la maternidad que la gente se siente con derecho a decir lo que les pasa por la cabeza. A mí todo el mundo me pregunta "has engordado mucho como queriendo decir "cuánto has engordado" y yo sólo me limito a responder "todo va chévere, gracias por preguntar". Que fuerte lo de la cesárea! Es como con la lactancia, que alguien se sienta mala madre por no poder amamantar a su hijo me parece absurdo, y que te hagan sentir mal por eso me parece aún peor.
    Yo cuando nazca la bebé voy a poner un letrero en la puerta que diga "no de consejos si no se los han pedido". Jajaja, va a caer malísimo. Sí, todo el mundo dice que cuando nace es peor. Yo no sé cómo hacen las madres para no mandar a callar a todo el mundo constantemente.
    Mira para comentar con nombre le das a las opciones que dicen "comentar como" y elige nombre u Open ID creo. Si no, también puedes poner anónimo y al final firmar y ya.
    Bueno te mando un abrazo!

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