martes, 27 de marzo de 2012

Y llegó la pulga. Parte II (Las primeras horas)

Quizás fue por el efecto de la anestesia, o la emoción, o ambos, pero casi no recuerdo las horas inmediatamente después a la cesárea. Las imágenes vienen a mi cabeza más bien como una película vista medio dormida que como recuerdos fidedignos de un día trascendental.
Recuerdo que me pasaron a recuperación. Según dice mi madre estuve allí hora y media o un poco más. Yo sin embargo lo que recuerdo son como 5 minutos. Recuerdo que mi ángel estaba conmigo, que tenía a la pulga pegada al pecho y que intentábamos iniciar la lactancia materna. Recuerdo estar embebida y pensar una y otra vez, "este bollito envuelto con gasas y cobijas blancas (o eran azules?), y todavía con restos de sustancias intrauterinas pegadas al cuerpo, es mi hija, MI-HI-JA!"
Mi madre luego me contó que afuera en el pasillo ella, mi padre, mi hermano, mis suegros y algunos otros familiares esperaban ansiosos la salida de la pulga pero le habían dicho que seguía en recuperación conmigo y que yo no la quería dejar ir (esto no lo recuerdo, pero si ella lo dice debe ser verdad). Me contó también que cuando Pulgapapá salió de Sala de Partos tenía lágrimas en los ojos. Me contó que abrazó a su padre bañado en llanto. Me contó que cada vez que veían salir a un niño corrían para ver si era la pulga (ese día nacieron en esa clínica 22 bebés) y que cuando finalmente salió todos repararon en la cantidad de pelo que tenía y en que se parecía a mi.
Serían las 12:30 o tal vez casi la 1 p.m. cuando me dejaron salir de recuperación. Me llevaron al cuarto y con la ayuda del camillero me pasaron a la cama. Entre mi mamá y mi prima y alguna enfermera ayudaron a vestirme. Me ordenaron que no podía levantarme hasta que comiera y que no podía comer hasta las 4 p.m. En ese rato entre que llegué al cuarto y esperábamos a la pulga no recuerdo qué hicimos o qué hablamos. Creo que todos me decían que no hablara para que no me llenara de gases.
Después de un par de horas trajeron a la pulga, estaba dormida y vestida como una princesa (modestia aparte). Le había dado yo a mi prima un sobre con la primera muda, un suetercito tejido blanco y amarillo (dicen que por suerte el primer día hay que vestir al bebé de amarillo) que le mandé a hacer con una portuguesa que teje preciosuras, un pantaloncito tejido blanco, escarpines y manoplas a juego y una faldón blanco con sendos lazos amarillos que yo y mi incondicional prima habíamos hecho (más ella que yo, en realidad). Recuerdo que quería sacarla de la cuna pero tan dormidita estaba que decidí esperar hasta que pidiera comida.
No recuerdo quién comió primero, si ella o yo, pero sé que yo comí un pollo divino con fideos que le mandé a comprar a mi hermano fuera de la clínica porque la hora de la comida ya había pasado y sólo me habían traído un sandwich. La pulga, obviamente comió pecho. Ya había decidido darle un chance a la lactancia materna exclusiva antes de intentar con fórmula y mi ángel, que además es consultora de lactancia, llegó para ayudar a pegármela. Comió unos minutos y cayó rendida de nuevo.
Vino a visitarme mucha gente, familiares y amigos, pero una vez más no puedo recordar con precisión qué cosas hablamos o cuánto tiempo estuvieron. Sé que a las 7 p.m. cuando decidí que quería pararme y caminar todo el pasillo (no la mejor de las ideas) estaban alrededor de cinco o seis de mis amigos. Salí del cuarto con Pulgapapá, que me llevaba del brazo, y volví a los veinte minutos en silla de rueda. Resulta que se me bajó la tensión y hubo que pedir ayuda a la mitad del camino.
A eso de las 8 pasadas, terminaron de irse todas las visitas. Serían las 9 cuando en el cuarto sólo quedamos tres: Pulgapapá, la pulga y yo. Recuerdo que en ese preciso momento sentí mucho miedo. Nosotros dos solos y nuestra bebé... Lo pensaba y me resultaba increíble. Nosotros dos y la bebé. Habíamos dejado de ser una pareja y nos habíamos convertido en una familia.

4 comentarios:

  1. Oh, si!! Ese momento es intenso. Yo tuve un instruso. Despues de que finalmente se fue todo el mundo, llego el amigo perdido que siempre llega tarde...por primera vez le dije a mi papapulga, que se vaya! Pobre. Ese momento es aterrador y absolutamente nirvana! D.

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  2. Ay, me tienes acá sentada en la cama llore que llore!! que emocionante, de verdad que transmitís todo el sentimiento de ese día!! Y claro, más lloré de pensar que cuando todos se van quedan de verdad solamente los tres...la nueva familia. Imagino que Alana estará ahora toda rebozante de gordita (sobre todo si le das lactancia) y que ya estarás mejor de la cesárea. De verdad, tu blog me tiene enganchada!!!

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  3. Demasiado todo el cuento, sobretodo para los que vivimos lejos!!!! me encanta porque me senti que estaba ahi. Aunque hay que deci que la prima incondicional y maestra en las artes de hacer lazos nos mantuvo informados a todos en todo momento y mandando fotos de todoooooooo. Ya en verano nos veremos y abrazaremos a esa megapulga sonada. besos y felicitaciones el blog es lo maximo espero que sigas escribiendo tus impresiones mira que manana tienes el milestone del primer mes y es un buen momento de contarnos como sigue la historia.

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  4. D: que fastidio con las visitas que llegan a ultima hora. Cierto, ese momento es lo máximo!
    Mamá en camino: es un día hermoso, realmente. Alana está preciosa y cada día más grande y despierta! Que bueno que te gusta el blog. Un abrazo!
    NF: Sí, ese grupo de BB que creó la prima fue una gran idea! Me alegra mucho que te guste el blog. Muchas gracias por leerme y comentarme siempre!

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