La cuenta regresiva comenzó y falta tan poco que me cuesta demasiado dormir por las noches. No porque no encuentre acomodo como dicen algunas que les pasa, sino porque la ansiedad -bueno y también las ganas de hacer pipi- no me dejan.
La mayor parte del tiempo estoy tranquila y confiada de que todo saldrá bien, pero en algunos momentos siento un sobresalto, que el corazón se me sube a la garganta, que me da escalofrío, que tiemblo y qué pienso... "Dios, falta nada para que nazca, y después qué".
Supongo que esa misma ansiedad fue en parte responsable de que el jueves me fuese a la emergencia sin saber con seguridad si tenía contracciones y si el trabajo de parto había comenzado. Afortunadamente no eran contracciones, sino el dolor de la bebé acomodándose.
Creo que en momentos como este es malo pensar demasiado, y si algo tengo yo -para lo bueno y para lo malo- es que soy sobre analítica. Una idea pasa en mi cabeza una hora antes de que decida abandonarla, así, cuando me planteo que algo podría ir mal paso mínimo una hora de sufrimiento. Claro, cuando pienso en la felicidad que mi pulga nos traerá también paso una hora de dicha.
Ahorita mismo, por ejemplo, no puedo dormir. Pulgapapá yace plácido aquí al lado (uy que envidia) mientras yo actualizo la página de Facebook cada dos minutos porque ya me he leído todas las últimas publicaciones y no sé qué más hacer. También tecleo como una loca, a ver si exorcizo esta ansiedad que de intensa me seca la boca.
Es quizás el pensar cómo va cambiar mi vida lo que más me quita el sueño. No porque no quiero que cambie -muy al contrario- sino por qué no sé cómo será ese cambio, y lo desconocido sólo produce miedo. Pero justo cuando el pánico comienza a tomarme prisionera miro la cuna de mi pulga, con sus jugueticos, y su móvil, y su lazo rosado en el tope del mosquitero, y recuerdo entonces su carita y la media sonrisa que tenía en el eco 4D y me siento tranquila de nuevo. Y es que esa criatura con su media sonrisa, sus patadas intermitentes y su promesa de un amor hasta ahora desconocido es mi nuevo hogar. Y uno no le teme al hogar.
Aquí dejo una foto de cómo quedó la cuna....
Q linda cuna! Yo ya tengo esos pensamientos, me levanto a media noche hacer pis, y al acostarme me viene un monton de imagenes a mi cabeza. Nada mas pensar que cada dia falta menos para que llegue, y despues q? la verdad es q la incertidumbre asusta un poco. Pero la naturaleza es sabia, y ya veras que todo fluira. Saludos
ResponderEliminarHola! Los días previos al nacimiento son así, ya uno tiene todo listo y la espera desespera. Yo por suerte no espere demasiado, fui un martes a mi consulta y el sábado rompí fuente, se suponía que me faltaban 2 semanas. No había lavado aun toda la ropita, la cuna le faltaban por llegar las sabanas y el mosquitero, la casa estaba hecha un desastre, pero bueno, los bebes son así llegan y punto.
ResponderEliminarUn abrazo y saludos a tu bebe!
La cuna está muy bella!! Es normal que la cuenta regresiva se llene de ansiedades, tienes que estar tranquila, todo va a salir bien y en un abrir y cerrar de ojos tendrás a pulgabebe en tus brazos :)
ResponderEliminarVoy a ser mami. Creo que es normal que nos vengan esos pensamientos y como tu dices la incertidumbre asusta mucho. Lo importante es que disfrutemos mucho esta etapa pues luego la extrañaremos.
ResponderEliminarMary, que suerte que no esperaste y es cierto, los bebés llegan y punto, quizás es lo más hermoso de la experiencia, lo de repente que cambia todo.
Elisa, gracias! Estoy intentando relajarme pero es difícil y además los malestares como los dolores de pelvis, ingle, la acidez, etc, me tienen un poco fastidiada.
Gracias a todas por comemtar!