En estos días mi amiga Andrea me envío un artículo sobre como la maternidad cambia el cerebro de las mujeres y las hace más inteligentes.
La nota contaba que si bien es cierto que el tamaño del cerebro se reduce durante el embarazo, ese "encogimiento" provisional hace que la corteza cerebral se reestructure y se generen por ejemplo más conexiones neuronales que en definitiva nos hacen más intuitivas, eficientes, resistentes al estrés y valientes.
La noticia, debo confesar, me tranquilizó, pues yo misma he sido víctima de la pérdida de concentración y memoria de la que el artículo hace mención. Una amiga me contó que su esposo le decía a eso estar "mononeuronal" y otra me confesó que ella en definitiva se sentía más bruta; así de simple. Yo me identifico totalmente con ellas hasta el punto de pensar que ahora estoy más lenta (mentalmente digo, físicamente es obvio), he perdido sarcasmo, sentido del humor y capacidad de análisis. No se burlen, es en serio.
El domingo pasado en la noche, mi esposo y yo vimos la nueva película de Almodóvar, La Piel que Habito. Yo siempre he sido amante de las películas de Pedro porque las considero poseedoras de una sensibilidad y un sentido del humor y de la crítica únicos pero ésta debo decir, no la entendí. No es que me haya parecido mala, no, no, no, simplemente no la entendí, no le encontré sentido. Pensando en el artículo que me envió Andrea y en los comentarios de mis amigas, temí haberme embrutecido.
Afortunadamente, rato después encontré una explicación que me tranquilizó. No se trata de que haya perdido inteligencia -al menos eso espero- se trata de que he reajustado mis prioridades. Al menos por el momento.
En este preciso instante en el que todas mis energías -y cuando digo todas, son todas- están enfocadas en pulguita, el resto de las cosas carecen de importancia. Ahora me interesa más si me tomé las vitaminas e hice mis ejercicios de yoga que si leí la última edición de The New Yorker . Y es que cuando hay una misión tan primordial como garantizar la supervivencia de un nuevo ser todo lo demás es minúsculo.
Lo máximo, te entiendo... ya te comenté por el otro lado pero hoy estoy inspirada así que te atocigaré por todas partes...
ResponderEliminarEs una cosa loca! Podemos decir como tu bien lo mencionas que no es de ganancia ni perdida si no de re-distribución total (Y si hay que escoger, más inteligentes mija, siempre para arriba!): de prioridades, de intereses, de energías, de velocidades, de capacidad de respuesta, de sensibilidad y de interés entre otras cosas.
Disfruta cada etapa y cada cambio, y mientras tanto sigue escribiendo para poderme acordar de lo míos, que cosa loca (otra vez)... por mas que estaba enamorada de la etapa hay mucho que no recuerdo... el cuerpo, el cerebro y las endorfinas... o que me corrija alguien que sepa, pero el cuerpo hace algo que hace que la mente bloquee parcialmente de la memoria de acceso rápido muchas cosas que a veces inconscientemente causan mucho estrés al momento, como éstos episodios de olvido, los malestares, las contracciones, la mayoría del parto y los tres primeros meses del bebe! Ja ja ja ja ja ja! Ya verás, es como magia! Si quieres de verdad recordarlo, te pones a pensar y te acuerdas, pero de primera mano no te viene a la mente!
Es lo máximo! Voté por Almudena... una hija tuya tiene que tener nombre con carácter y personalidad, leyendo la lista, todos lo tienen pero Almu es diferente! Sorry papá! :S Besos para todos!
Hermana perdida si he escuchado muchísimo eso de que las hormonas hacen que se te olviden los malestares, el parto y las otras cosas no tan buenas del embarazo. Yo creo que es normal, además, no recordar bien momentos de mucha felicidad o de gran importancia. Yo de mi boda solo tengo flashes pero no tengo una secuencia de escenas, imagino que con el embarazo o el nacimiento debe ser aún mayor la pérdida de memoria.
ResponderEliminarGracias por votar. Almu es un nombre hermoso pero no se si esta sociedad está preparada para él.
Abrazos!